Cuando escuchas la palabra salami, no sientes nada.
Ahora bien, cuando escuchas la palabra salchichón tu boca se hace agua.
¿Y eso? ¿Acaso no son lo mismo?
Aunque se preparan y consumen de forma similar, es importante recordar que son productos muy diferentes con texturas y sabores distintos. El salchichón es un embutido de tradición española que, al contrario que el salami, se hace únicamente con carne de cerdo. Ambos embutidos se elaboran con partes de animales, se sazonan y se curan. Al elaborarse en varios países, existen diferencias entre ellos debido a las particularidades de cada región y del clima.
EL SALAMI
Es un embutido que se elabora combinando carne picada de vacuno y cerdo. Se sazona con pimienta, ajo y sal, es posteriormente ahumado y curado al aire. Es uno de los embutidos más idolatrados por los italianos siendo muy popular en todos los rincones del mundo donde han emigrado.
En Alemania también se elabora un tipo de salami que, a diferencia de la mayoría, contiene tocino y siempre está ahumado. El salami de invierno, como se conoce comúnmente en Hungría, es un salami tradicional con un toque húngaro, elaborado sólo con ingredientes autóctonos; se hace llamar Szeged Pick Salami.
EL SALCHICHÓN
El salchichón es un sabroso embutido que se hace únicamente con carne de cerdo especiada con ajo, sal y pimienta para ser curado al aire. Lo que lo hace tan sabroso son las partes nobles del cerdo ibérico, (presa, secreto, pluma), acompañadas de tocino y granos de pimienta negra que aportan un exclusivo aroma y sabor que lo diferencian de otros embutidos.
A pesar de que sólo se produce en la Península Ibérica, cada zona tiene su propia forma de hacerlo, única en sabor. Las especias pueden variar, como la nuez moscada, el clavo y el cilantro; sin embargo, la pimienta siempre está presente. Además de curarlo secándolo al aire también se puede ahumar durante unos días antes de colgarlo en un lugar fresco para que se seque.
Si nos referimos al SALCHICHÓN IBÉRICO, es simplemente excelente. Se elabora con la carne de cerdos ibéricos criados exclusivamente en la Península Ibérica. Según las directrices de la tradición española, el salchichón ibérico debe elaborarse únicamente con carne de cerdo ibérico. La textura del salchichón ibérico es muy diferente a la del salami ya que al pasar por un proceso de curación natural más largo (alrededor de 3 meses) adquiere un sabor más intenso que el salami.
Existen otras variantes del salchichón tradicional, como salchichón de venado o jabalí, sobre todo en algunas localidades españolas cuando comienza la temporada de caza. Ahora bien, si hablamos de calidad, de que se te haga la boca agua, el auténtico salchichón ibérico se lleva la medalla de oro.