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¿Crees que el jamón cocido y el fiambre de jamón son lo mismo? Rotundamente no.

Con la variedad que podemos encontrarnos en el supermercado es fácil liarse. Uno acaba cogiendo un producto pensando que es lo mismo que otro. Por ello, es importante prestar atención a las etiquetas en las que se detallan los ingredientes. El tradicional jamón York o jamón cocido es diferente al jamón cocido extra, a la paleta cocida extra, al fiambre de jamón, etc. La variedad en los términos debe ponernos en alerta para no confundirlos y saber diferenciarlos bien.

Fiambre de jamón

Los productos denominados ‘fiambre de’ contienen en su composición féculas o proteínas vegetales. Estos embutidos tienen más agua y menos cantidad de carne. El fiambre de jamón suele tener menor porcentaje de carne (alrededor de un 50% o 60%) y mayor de otros componentes, lo que lo convierte en un producto de menor calidad y más barato.

Jamón cocido

Sin embargo, el jamón cocido tiene más calidad ya que no incluye estos ingredientes. En la elaboración del jamón cocido pueden añadirse otros aditivos, pero nunca féculas o almidón, que sí están presentes en la elaboración del fiambre de jamón. Además, para que un jamón cocido pueda denominarse ‘extra’, debe contener al menos un 85% de carne y tener menor cantidad en otros ingredientes como azúcares, o menor relación agua/proteína. También se aprecia que el jamón cocido extra es más jugoso.

Para la elaboración de productos cárnicos cocidos, en Pilarica optamos por fabricar mezclas más naturales, reducidas en aditivos y alérgenos. Asimismo, tratamos de impulsar pequeños hábitos en los consumidores en el momento de la elección:

  • Lee bien la etiqueta y fíjate en los ingredientes que incluye cada paquete. Si compras el jamón al corte, pregunta al charcutero por su procedencia.
  • Observa bien el color ya que el jamón natural tiene un tono rosa pálido. Desconfía de los que sean de un color más intenso, señal inequívoca de la presencia de colorantes.
  • La opción más saludable es elegir el paquete que contenga más porcentaje de carne y menos de otros ingredientes.
  • Decántate por los que tengan menos azúcares y sal añadidos.

Ya sabes, tomate un minuto para leer las etiquetas. Tu salud y bienestar te lo agradecerán.