En la industria de platos preparados y productos de quinta gama, garantizar la calidad y naturalidad del producto final es un desafío constante. Durante la fabricación, los procesos industriales suelen comprometer el valor nutricional de los alimentos. Las altas temperaturas, los ciclos de congelación-descongelación y otras operaciones industriales pueden llevar a la pérdida de nutrientes esenciales, así como a alteraciones en el sabor y la textura. Esto plantea una doble exigencia: mantener la funcionalidad técnica de los productos y, al mismo tiempo, preservar o incluso mejorar su perfil nutricional y organoléptico.
Los principales inconvenientes que surgen durante el proceso de producción tienen que ver principalmente con la pérdida de nutrientes esenciales como vitaminas y minerales que son especialmente vulnerables a los tratamientos térmicos como la pasteurización o esterilización. Pero también, como consecuencia de los procesos industriales, se ven mermados los matices de sabor originales requiriendo de un refuerzo a través de aditivos o potenciadores de sabor artificiales -como el glutamato- que están generado controversia debido a las crecientes preocupaciones de los posibles efectos adversos sobre la salud.
La transformación de un plato preparado: el impacto de la industrialización.
Un estudio reciente en Nutrients, dirigido por Hoffman, analizó platos mediterráneos «listos para comer», revelando que los fitoquímicos, compuestos clave responsables de los beneficios de esta dieta, se reducen significativamente en su versión industrial. Tal y como comenta en su estudio, factores como los procesos térmicos, la prolongada vida útil y la adición de conservantes artificiales impactan negativamente en la calidad nutricional y funcional de estos productos. Este fenómeno no sólo altera su perfil bioquímico, sino que también reduce los beneficios protectores asociados con la dieta mediterránea.
El proceso de cocción puede ser tan importante para tu salud como el contenido de azúcar, sal y grasa. “El agua de color morado que aparece cuando cocinamos la remolacha es el claro ejemplo de cómo los nutrientes (en este caso, un antioxidante llamado betalaína) pueden perderse. Pero hay otros que desaparecen sin que nos demos cuenta en el agua de la cocción, como son la vitamina B de los vegetales verdes o los glucosinolatos de la familia de las coles”, explica Hoffman.
Una respuesta funcional y nutricional
En respuesta a estos desafíos, Productos Pilarica, como pioneros en la industria alimentaria y con un know how de más de un siglo en mezclas funcionales de ingredientes, ha desarrollado soluciones personalizadas que permiten a las empresas recuperar el sabor natural y la riqueza nutricional y organoléptica de sus platos preparados. Soluciones que ofrecen al consumidor final una experiencia alimentaria más completa, más natural y saludable y que, además, ayudan a preservar la frescura sin recurrir a conservantes sintéticos o altamente procesados.
- Sistemas de estabilización de nutrientes: mezclas diseñadas para proteger vitaminas y minerales durante los procesos térmicos, e incluso enriquecer, asegurando su disponibilidad en el producto final.
- Reforzadores de sabor natural: extractos y compuestos naturales que potencian el sabor intrínseco de los ingredientes, evitando el uso de aditivos artificiales.
- Texturizantes funcionales de origen natural: proteínas, almidones y fibras específicas que restauran y estabilizan la textura original de salsas, purés o rellenos.
- Enriquecimiento nutricional: formulaciones que añaden fibras, proteínas hidrolizadas y micronutrientes, creando platos equilibrados y completos.
Obviamente los beneficios derivados para las empresas son clave en su proceso de adaptación.
- Mayor naturalidad garantizada: priorizando ingredientes reconocibles y alineados con las tendencias de etiquetado limpio.
- Perfil nutricional mejorado: logrando platos con mayor aporte de nutrientes esenciales y funcionales.
- Sabor y textura auténticos: asegurando que el producto final conserve una experiencia organoléptica atractiva para el consumidor.
Actualmente, la legislación europea no exige que las etiquetas incluyan información sobre muchos de los nutrientes esenciales que necesitamos a diario, como el contenido en vitaminas y minerales. Además, los platos precocinados suelen incrementar la presencia de los nutrientes menos necesarios, en detrimento de los que son más importantes para nuestra salud. Sin embargo, vivimos en una época en la que los consumidores son cada vez más exigentes y demandan alimentos fáciles y rápidos de preparar, pero sin comprometer el sabor ni los valores de una dieta saludable. Al final, son ellos quienes marcan las tendencias del mercado y las propuestas como las que hace Productos Pilarica ayudan a las empresas de fabricación de productos alimenticios a desarrollar una alimentación sostenible, más saludable y de futuro.